miércoles, 22 de octubre de 2008

Inauguración del Instituto Internacional de Flebología en Barcelona (iidf)

El doctor Juan Cabrera ya ha llegado a la ciudad de Barcelona con su nueva técnica de escleroterapia con microespuma de polidocanol para tratar las varices y las malformaciones vasculares venosas sin causar ningún efecto secundario en el paciente.

Hay que decir que la escleroterapia convencional con esclerosantes líquidos se utiliza desde hace muchos años en el tratamiento de las malformaciones vasculares venosas, linfáticas y de bajo flujo, siendo eficaz sólo en aquéllas de reducido tamaño como complemento pre o postoperatorio. A continuación, se explican las consecuencias y efectos secundarios que tiene la escleroterapia convencional que es la que tienen en la mayoría de los hospitales:

Entre las complicaciones generales de esta técnica –variables en función del agente y la dosis utilizada– se encuentran: las reacciones alérgicas, la intoxicación cerebral, la hemoglobinuria con posible daño renal, la necrosis cutánea por extravasación o reflujo, y la neuroapraxia por inyección extravascular alrededor de un nervio motor o sensorial. La escleroterapia convencional con esclerosantes líquidos, que en la mayor parte de los casos de las anomalías vasculares es un tratamiento paliativo, ofrece buenos resultados en malformaciones de dimensiones reducidas. Está indicada en las subsidiarias de cirugía como apoyo preoperatorio buscando una reducción del tamaño de la lesión, o bien como complemento postoperatorio. Por el contrario, la escleroterapia convencional de las grandes malformaciones venosas es ineficaz, debido a las limitaciones intrínsecas de los líquidos inyectados sujetos a dilución e inactivación progresiva en un gran volumen hemático, a la irregular distribución del esclerosante sobre los endotelios del territorio tratado, a la dificultad de manejo y control del esclerosante una vez inyectado y a la imperceptibilidad al eco-Doppler en el interior de los vasos. La escleroterapia con etanol –la más utilizada en el tratamiento de estas lesiones– es muy agresiva y presenta complicaciones importantes debidas a la falta de control sobre el líquido una vez inyectado. Además de estar generalmente contraindicada en niños, tras el empleo de etanol, se describen necrosis de piel y mucosas, trombosis del sistema venoso profundo al nivel de extremidades, embolia pulmonar, lesiones neurológicas sensitivas y motoras, celulitis superficial y colapso cardiorrespiratorio por espasmo pulmonar. Además, la administración de etanol no es fácilmente repetible como exige el procedimiento de escleroterapia, en el que la recanalización parcial tras la trombosis intravascular inicial suele ser frecuente

Por el contrario, la utilización de esclerosantes, concretamente polidocanol, en microespuma, técnica inventada por el Doctor Juan Cabrera, mejora significativamente el procedimiento, ya que la microespuma desplaza la sangre en lugar de mezclarse y diluirse con ella, facilita un reparto homogéneo del esclerosante sobre la superficie endotelial, y finalmente la ecogenicidad de las microburbujas, que la hacen directamente visible junto con su consistencia manejable, hacen que pueda distribuirse más fácilmente a lo largo de la zona tratada. Además de no conllevar ningún efecto secundario este nuevo tratamiento es el más eficaz para el Síndrome de Klippel-Trenaunay y para tratar aquellas malformaciones que hasta ahora eran inalcanzables.